
Cuántos de nosotros hemos ido al circo alguna vez en la vida, ¿Quién no se ha sorprendido viendo a los contorsionistas?
Pues bien, resulta que los fantásticos contorsionistas padecen una enfermedad que les da esta singular característica.
Esta enfermedad es conocida como
Síndrome de Ehlers Danlos o Hiperlaxitud Articular, esto es un grupo de
patologías hereditarias del tejido conectivo (el que se encarga de dar
sostén y firmeza a muchas partes del cuerpo, como la piel, los vasos
sanguíneos, órganos internos, etc.) caracterizados por la
hiperelasticidad de la piel, la hiperlaxitud articular y la fragilidad
de los tejidos.
Estos síntomas son el resultado de
mutaciones genéticas o defectos que afectan a la estructura o síntesis
de diferentes tipos de colágenos. Es por eso que podemos ver esas
increíbles contorsiones. Existen varios grados, siendo los
contorsionistas un grado extremo. Se cree que existe un subregistro de
esta enfermedad a nivel mundial, ya que como generalmente este
padecimiento es benigno, no se han realizado grandes investigaciones y
los grados leves que podemos llegar a encontrar son por ejemplo,
personas que flexionan los dedos más de lo común, otros que se dislocan
el hombro intencionalmente y regresa a su lugar sin dolor o aquellas
personas que pueden tocar su nariz con la punta del dedo gordo del pie,
pero no pasa más que de “curiosidades”.
El nombre de este síndrome se debe a dos
dermatólogos, el danés Edvuard Ehlers (1863-1937) y el parisino
Henri-Alexandre Danlos (1844-1912), quienes descubrieron esta enfermedad
en 1901 y 1908 respectivamente. Aunque existen algunos estudios previos
realizados por el ruso Tschernogobow en 1892 y mucho más antiguamente,
Hipócrates, que describió ésta afección en algunas poblaciones del Mar
Caspio.

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